lunes, 10 de diciembre de 2007

Días de temporal






Los inviernos son suaves en Hondarribia. Pero hay unos pocos días, como ayer, en los que se desata el temporal del Norte,ruge el viento y la mar está deshecha. Aunque sólo sea un día, tenemos que afrontar el viento, la lluvia, el frío y subir hasta el faro de Higer, desde el puerto de Refugio, pasando por el castillo de San Telmo -"el castillo de los piratas"- para contemplar el espectáculo inmenso de la mar rota, de las olas enormes que han atravesado todo el Atlántico para romperse en la playa de Ondarraitz, en Endaia, en los bajos de Erretas, en las Gemelas. Ningún balandro se ha atrevido a salir. Toda la flota pesquera está, reforzadas las amarras, fondeada. Los arrantzales chiquitean por la Marina, esperando que amaine el temporal. Nosotros, por la tarde, podríamos refugiarnos del viento y de la lluvia, a tomar el té en la paz, en la serenidad del cálido salón del Hotel Pampinot, dónde apenas romperá el silencio "Aprés la pluie" de Satie, que habrán puesto en el pickup, cuando hemos entrado, Ohiana, o Ainhoa o Mireia. Ojearemos libros de arte, los pintores del Bidasoa, Regoyos, Montes Iturrioz, Menchu Gal, Sagarzazu, Gracenea....la mejor revista de arte del mundo, FMR de Franco Maria Ricci. El té lo trajimos de Londres, de Harrods, cuando fuímos, en Junio, al Chelsea Flower Show, por ver peonías. Afuera ruge el viento y la lluvia, a rachas, barre la calle Mayor.

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